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Cuando venga el Hijo de Dios, ¿encontrará Fe en la tierra?

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Así que habiendo recibido ayuda de Dios, continúo hasta este día testificando tanto a pequeños como a grandes, no declarando más que lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería: que el Cristo había de padecer, (y) que por motivo de (su) resurrección de entre los muertos, Él debía ser el primero en proclamar luz tanto al pueblo (judío) como a los gentiles”. Hechos 26:22-23

Durante estos últimos años hemos sido testigos de un cambio cultural muy rápido en nuestro país, pareciera ser que, aparejado con el crecimiento económico, viene la crisis de todo lo que signifique colonial o conservador; así hemos sido testigos de la caída de las instituciones que -por siempre- habían tenido una imagen incorruptible en la sociedad para pasar a descubrir o a reclamar que la mugre se estaba guardando debajo de la alfombra. Esto ha tenido como algo subyacente el empoderamiento de la población, lo que ha llevado a traer dignidad y un sentido de mayor humanidad a los actores contemporáneos.

La Iglesia cristiana ha sido una de las cuestionadas, donde están pasando, casi como en una pasarela, las distintas acusaciones; ¿Qué consecuencia traerá eso?, ¿será la vuelta de las ideologías sobre el pensamiento economicista de la generación anterior? o ¿una crisis de fe? ¿Tendrá relación con la pregunta que hace Jesucristo?: “Cuándo venga el Hijo de Dios, ¿encontrará fe en la tierra?”. (Lc 18:8).

Esperamos que la Iglesia pueda avanzar en transparencia virtud que la sociedad le está exigiendo y que tenía que ser la primera en preocuparse de ello.

Dicho esto, también se genera otro problema que se puede sintetizar en la pregunta ¿y ahora qué? La iglesia debe reformarse para volver, no a darle importancia a la institución (idolatrización de las organizaciones) sino al Dios que sustenta a la Iglesia, y para eso tiene un llamado, debe volver a ese llamado; hablar de lo que nos une con Dios y que es el amor. La Iglesia debe ir más allá y -en medio de las crisis- mostrar a ese Dios que sigue estando ahí en el silencio. Nuestra misión es hablar de las maravillas de Dios y de ese Jesucristo que murió para derrotar al pecado y resucitó para derrotar la muerte, a través de esto, conectar a Dios con el ser humano. Tú eres iglesia, y por lo tanto, si la fe es algo importante para nosotros lo debiera ser para nuestro entorno y para la plenitud de la vida que Dios nos quiere dar.

Alexis Salgado

Obispo y Pastor ILCH

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